La Cuestión Arriana

marzo 9, 2007

Una ciudad de fundación arriana, Recópolis

Filed under: Arqueología,Hispania Arriana — editor @ 8:09 am

La ciudad visigoda de Recópolis que según la tradición fue mandada construir por el rey arriano Leovigildo en honor de su hijo Recaredo en 578, funcionó como un centro urbano importante, capital de una provincia denominada Celtiberia, de límites imprecisos, al este de la Carpetania (Toledo, la capital del reino).

Etimología.

El estudio de las monedas y del propio nombre hace dudar de la etimologia de «Ciudad de Recaredo». No hay en el mundo tardo-antiguo ningún lugar fundado en el que el nombre se acorte, como se sugiere de «Recaredo» a «Rec»; si este hubiese sido el caso, la cudad se hubiese llamado «Recaredopolis». Y además, Leovigildo no tendría porqué haber elegido para nombrar la ciudad a su hijo menor (Recaredo) en vez de a su hijo mayor (Hermenegildo, que además la ciudad se fundó antes de su revuelta contra Leovigildo). La hipótesis que barajean los arqueólogos actuales es que la ciudad se hubiese llamado «Rexopolis» (Ciudad del rey), que haría más clara su etimología, y además se corresponde con las monedas de la ceca que escriben el nombre de la ciudad «Recopolis» con una sola c, mientras que Recaredo en los textos es escrito Reccaredo, con dos c.

Contexto histórico.

Leovigildo habría mandado construir esta ciudad en el año 578, en un año en el que paró sus campañas bélicas. Además, es un periodo en el que Leovigildo intenta reforzar su posición frente a los merovingios y los bizantinos, pues el suyo es el último reino arriano y se ve cercado de enemigos. Para liberarse de esta presión, se hace con atributos imperiales romanos, como acuñar monedas con su nombre y fundar ciudades. Se ha propuesto que el trazado urbanístico de Recópolis se inspiró en el urbanismo de Constantinopla.

Hacia mediados del siglo VII la vida local se altera, modificándose la planificación urbanística y disminuyendo la actividad, como consecuencia de la crisis del Estado visigodo.

En el siglo VIII es ocupada por los musulmanes, de base étnica bereber, primero en continuidad con la ciudad visigoda, y poduciéndose más tarde una reducción del asentamiento, hasta abandonarse en el siglo IX en beneficio de la ciudad de Zorita de los Canes, que utilizó como cantera las ruinas de Recópolis.

La repoblación cristiana significa para la zona la fundación de nuevas aldeas, una de ellas sobre las ruinas del complejo palatino, edificándose una iglesia en el siglo XII, que para el siglo XV es una simple ermita en despoblado, dedicada a la Virgen de la Oliva.

El yacimiento.

El yacimiento de Recópolis no ha sido completamente excavado y solo se conoce la situación del «palacio» (no hay ningún paralelo contemporaneo en el Mediterráneo para poderlo especificar como tal), la iglesia y algunas casas, aparte de las murallas y un suburbio, que demuestra que la fundación no fue un mero acto para hacerse respetar.

La estratigrafía del yacimiento revela que la ciudad estuvo ocupada hasta bien entrado el siglo octavo (tras la invasión musulmana) momento en el cual los habitantes se mudan a un lugar más defendible. Los geógrafos musulmanes de la conquista hablan de una villa llamada Recupel, que apoya lo que demuestra la arqueología.

El descubrimiento de las ruinas de Recópolis se debe a Juan Catalina García López, en 1893. Las primeras excavaciones fueron realizadas por Juan Cabré en 1945 y 1946, reiniciándose desde los años 1970 hasta la actualidad.

El parque arqueológico.

En el actual Parque Arqueológico de Recópolis, se aposentan los vestigios de la noble villa palatina que el Rey Leovigildo ordeno edificar en honor de su hijo Recaredo. Junto con Victoriaco (Vitoria) fueron las dos únicas ciudades de nueva construcción, edificadas por los Visigodos en España o por cualquier pueblo germánico tras la caída del Imperio Romano.

Vida urbana de Recópolis.

El conjunto urbano se encontraba rodeado por una muralla con torres y puertas de entrada, de función tanto defensiva como monumental y de prestigio. El centro del poder era el Palacio, situado en la parte más alta de la ciudad y formado por una serie de edificios de dos plantas dispuestos alrededor de una gran plaza. Su función sería el alojamiento de los altos dignatarios y la administración de la ciudad y su territorio. La iglesia palatina era de planta cruciforme y tuvo una profusa decoración, con elementos que conectan con el mundo tardorromano y el entorno mediterráneo. En ella se encontró en 1946 un tesorillo de monedas de la época de su fundación (algunas suevas y merovingias, además de las primeras acuñaciones de Leovigildo). Se ha localizado la existencia de talleres locales de cantería, de vidrio y orfebrería, así como algunas muestras de comercio a larga distancia (principalmente del Norte de África), que demuestran una sofisticada vida económica, social y cultural para la época. Existieron dos grandes edificios con funciones comerciales y artesanales. No obstante, la principal base económica de la ciudad era abrumadoramente la explotación de un entorno rural -la rica vega del Tajo- de base agropecuaria típicamente mediterráneo (cereal, olivo, vid, ganado ovino, caprino, bovino y porcino, incluso se han detectado restos de caza).

Vida religiosa de Recópolis.

Como toda ciudad medieval, Recópolis contaba con sus templos cristianos para atender los servicios religiosos de sus habitantes. En la urbe destaca una gran basílica asociada al conjunto palacial.

Dada cuenta de la composición demográfica y del contexto histórico de la Hispania Visigoda es muy probable que los planificadores de la ciudad profesaran mayoritariamente la fe arriana siguiendo la política religiosa de Leovigildo y la tradición arriana de los godos. Esperaban asimismo que los nuevos habitantes de la ciudad correspondieran a su rey en sus creencias religiosas. Para ellos se construirían templos cristianos de credo arriano a los que serían destinados miembros del clero arriano. Así parecen atestiguarlo las investigaciones arqueológicas de la Basílica principal.

Los godos que habitaran la ciudad continuarían siendo arrianos, pero según las crónicas de la fecha, muchos hispano-romanos también se habían convertido al arrianismo por la política religiosa del rey o por mero interés de seguir manteniendo sus privilegios. Tampoco es de descartar la llegada de judíos y cristianos ortodoxos, desconociéndose la construcción de templos para ellos en el momento de la fundación. No debemos olvidar que con la conversión de Recaredo la fé católica pasaría a ser la oficial igualmente en Recaredo unos años más tarde, cuando tal vez la ciudad todavía no había sido terminada de construir.

De la Wikipedia.

Página web del Parque Arqueológio de Recópolis.

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